martes, 29 de noviembre de 2011

Entrega de resúmenes de lecturas 3 y 5

Entrega de resúmenes de lecturas 3 y 5 (lunes, 14 de noviembre)

Lectura 5

El texto de G. Longo recoge un análisis del mecanismo de investigación científica que le sirve en su conclusión para poner de relieve la importancia del método en la ciencia y, de acuerdo con esto, dirigir una recomendación a las instituciones de enseñanza sobre la necesidad de enseñar a los estudiantes a pensar, de modo que puedan realizar su propio proceso de investigación en busca del conocimiento.

La argumentación inicia cuestionando de dónde debe comenzar el mecanismo de investigación, reconociendo que se parte de los hechos, con el fin de llegar a comprender las relaciones entre éstos, una etapa durante la cual el individuo debe permanecer lo más libre de prejuicios posible y con capacidad para meditar. Esta tarea exige asimismo una elaboración teórica, ya que los contenidos deben conceptuarse.

Siguiendo las tesis de Schumpeter, a continuación, explica Longo, los resultados de la observación deben encajarse en una explicación lógica, un proceso mediante el cual el individuo desarrolla hipótesis que puedan proporcionar explicaciones coherentes. En esta fase entra en juego una de las características definitorias del pensamiento humano, la fantasía creadora que, como complemento de la intuición, hace del ser humano un sujeto activo y creativo y gracias a la cual la conciencia puede conocer y modificar en sí misma la realidad, imaginarla de otro modo.

Las hipótesis planteadas deben ser comprobadas, para lo cual es preciso subsiguientes observaciones y una profundización en los análisis ya realizados. De este modo, se comprueba si las teorías desarrolladas se corresponden con la realidad. En función del resultado, las hipótesis pueden confirmarse, modificarse, sustituirse, etc. Esto requiere por parte del individuo espíritu crítico y auto-crítico.

El autor concluye que el proceso arriba descrito reúne dos aspectos que, aunque no se dan al mismo tiempo, son complementarios e imprescindibles para que haya ciencia: el teórico y el analítico. Los hechos suponen el inicio de la elaboración teórica pero cuando uno comienza a observar los hechos, ya lo hace con un conjunto de conocimientos, un “bagaje” previo, que le permitirá después formular un problema, una teoría. Los conocimientos que alcanzamos gracias a la ciencia se unen al patrimonio cognoscitivo de la realidad y requieren, no de la repetición, sino de las aportaciones individuales, de la elaboración propia del individuo. Por eso, argumenta Longo, es tan importante que el individuo aprenda a pensar por sí mismo en la escuela, que pueda manejar un método que le permita aproximarse al conocimiento científico.

martes, 15 de noviembre de 2011

Entrega de resúmenes 3 y 5

Entrega de resumen de lecturas (lunes 14 de noviembre de 2011)
Lectura 3


La lectura número tres describe los elementos de la concepción marxista del mundo, la concepción materialista y dialéctica del mundo. Para ello, previamente aborda la propia definición de concepción del mundo, entendiéndola como un conjunto de creencias a menudo implícitas e inconscientes que pesan sobre la conducta del individuo. De acuerdo con el texto, hasta aproximadamente el s. XIX las concepciones del mundo aspiraban a razonar incluso sobre contenidos de las ciencia positivas. Sin embargo, el desarrollo durante la Edad Moderna del conocimiento científico positivo pondría fin, por imposible, a dicha aspiración, basado en dos de sus características principales. Por un lado, la intersubjetividad, que permite que “todas las personas adecuadamente preparadas entienden” una formulación del mismo modo. Por otro lado, su capacidad para hacer posibles previsiones exactas. Ambos elementos aportarían al hombre una seguridad y rendimiento tal, que el pensamiento de la filosofía sistemática tradicional habría ido perdiendo terreno a favor del conocimiento científico.

Al mismo tiempo, por carecer de los dos elementos arriba mencionados, las concepciones del mundo tienden a emitir afirmaciones sobre asuntos que no pueden resolverse mediante los “métodos decisorios del conocimiento positivo”.

Antes de abordar las propias características de la concepción materialista y dialéctica del mundo, el artículo plantea cuál es la relación entre una concepción del mundo y el conocimiento científico positivo, para concluir que la primera sirve como inspiración al segundo. Se advierte, al mismo tiempo, de los peligros de que la ciencia se considere capaz de actuar al margen de una concepción del mundo, ya que lo más probable en este caso es que el científico simplemente no sea consciente de la concepción del mundo en la que está inscrito, con los peligros añadidos que esto comporta.

Finalmente, se presentan las características de la concepción materialista y dialéctica del mundo, que aspira a la inexistencia de factores no reconocidos en la conducta humana.
En relación a su carácter materialista y considerando la filosofía “superada”, esta concepción del mundo no entiende que haya un conocimiento “aparte” por encima del positivo y concibe lo filosófico como un nivel de pensamiento científico, tendiendo a buscar la explicación de los fenómenos en otros fenómenos pero en el propio mundo, no en instancias ajenas.  

A continuación, el artículo presenta el elemento dialéctico de la concepción marxista del mundo, aludiendo a las limitaciones del “hacer científico positivo”. Así, se explica el método de reducción analítica de la ciencia y la tendencia a obviar conceptos de naturaleza cualitativa.

Se apuntan los motivos por los cuales este análisis reductivo tiene éxito pero a continuación se explica que formulándose los conceptos como “leyes”, se desdeña una parte de “lo contreto” y el motivo no es otro que el mismo presupuesto definidor de la metodología utilizada. Puesto que estos “todos concretos”, realidades cualitativamente distintas, no son abordadas por la ciencia positiva, sería la concepción del mundo la que intente ofrecer una comprensión de los mismos pero mediante los datos del análisis reductivo.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Entrega de resumen de lecturas 1 y 2 (7 de noviembre de 2011)

7 de noviembre de 2011 - RESUMEN DE LECTURAS 1 Y 2

El texto de Gino Longo reflexiona sobre la actividad científica partiendo del cuestionamiento de la definición de ciencia proporcionada por J. Schumpeter como conocimiento que ha sido objetivo de esfuerzos conscientes para perfeccionarlo. Achacando a esta concepción un excesivo carácter empírico, Longo adopta una postura materialista desde la cual disecciona el concepto de conocimiento.

De acuerdo con la argumentación de Longo, el objetivo de éste sería descubrir las leyes del universo empírico en el que el hombre vive, es decir, la realidad. Así, el conocimiento constaría de tres características: debe proporcionar una descripción y explicación de la realidad. Además, en segundo lugar, el conocimiento debe explicar la realidad desde ella misma, sin elementos ajenos. Por último, el conocimiento representa uno de los aspectos de la actividad humana, no el único, y está basado en el elemento esencial del pensamiento humano, que es la transformación del medio por parte del hombre. 

De las ideas arriba expuestas, se deduce que pensamiento y acción vendrían vinculadas por la cognición, sin la cual la acción no podría ser correcta. Se presentan además, las metas de una y otra actividad, la meta de la ciencia sería conocer la verdad (que nuestras concepciones se correspondan con la realidad) y la de la acción sería la utilidad. De acuerdo con Longo, aunque vinculadas, ambas actividades estarían claramente distinguidas, siendo sus modalidades de desarrollo, además, diferentes. Por esta razón, sostiene, el ser humano no puede dedicarse a ambas al mismo tiempo. Yendo un paso más lejos, Longo argumenta que el hombre no debería intentar hacerlo, ya que corre el riesgo de confundir los fines de una y otra actividad.

La nota crítica a esta lectura pone de relieve que a pesar de la inicial oposición entre la postura de Schumpeter y la de Longo, ambas coinciden en rendir un culto “cuasi-religioso” a lo científico. De este modo, en su argumentación Longo sostiene que la historia del conocimiento científico ha evolucionado hasta “por último conocer las relaciones que se establecen objetivamente entre los fenómenos de la realidad”, como si nuestro actual modo de saber, el propio del capitalismo, fuese la última fase terminal del conocimiento. Ante esta posición cabría una crítica al afán por atribuir a la ciencia un carácter infalible, infinito y absolutamente objetivo.

Retomando el alejamiento entre el científico y la política, uno de los motivos que pueden aducirse para apoyar el distanciamiento entre uno y otro sería la concepción de la ciencia como poder opresor en una sociedad. A menudo se habla de la polarización del conocimiento científico en el llamado “primer mundo”, o en Occidente. Sin embargo, al mismo tiempo, en tanto que elemento posibilitador de la transformación de la realidad,  la ciencia puede presentarse también como un poder liberador o emancipador.

De cualquier modo, al margen de que la ciencia se base en sus propios factores internos, ésta siempre está condicionada por factores externos, como puede ser no sólo el contexto social, sino desde una perspectiva más concreta la financiación económica o los intereses políticos, económicos o de mercado.